Hoy todo va al revés. Lo que podía salir mal ha salido peor, tengo la autoestima por el suelo y lo único que quiero es meterme en la cama y que se acabe este día para olvidar. Pero entonces se me ocurre algo mejor: me acerco al mueblecito donde los tengo bien ordenados y tras unos minutos de indecisión elijo. Cualquiera es bueno pero en los malos momentos siempre me decanto por algún clásico. Me pongo a los mandos y entonces ocurre. Ante mis ojos se abre un mundo lleno de colorido y de extrañas criaturas. Mis viejos vaqueros y la sudadera desfasada han sido sustituidos por un peto azul y una camiseta roja, me encasqueto bien la gorra y me atuso el mostacho. Todos mis problemas han quedado atrás y mi único objetivo es rescatar a mi princesa, que por alguna extraña razón, siempre está cautiva en el último castillo que exploro.
Avanzo veloz; ese examen de química orgánica tan complicado se ha transformado en una horda de tortugas bípedas que se acercan hacia mí, los fallos del partido del pasado fin de semana son ahora plantas piraña que asoman maliciosas por tuberías. Sin embargo no estoy solo, ese whatsapp inesperado es una seta roja que me ayuda a crecer y el aprobado del último examen de mecánica de fluidos se ha convertido en una flor que me permite lanzar bolas de fuego a mis enemigos.
A estas alturas seguro que la mayoría estáis pensando en Super Mario, no en vano, el icono de Nintendo está considerado el personaje más popular de la historia de los videojuegos. Desde que naciera en el año 1985 de la mano del maestro Shigeru Miyamoto, son muchos los papeles que a lo largo de la historia ha asumido el fontanero de Nintendo, pero para mí el que mejor le va es el de revolucionario.
Lo que para unos es una gran revolución, para otros puede ser un paso atrás
La primera revolución fue el comienzo de la aventura en la NES con Super Mario Bros., título que inició el éxito del género de las plataformas. El objetivo era rescatar a la princesa Peach, que ha sido secuestrada por Bowser, el rey de los Koopas. Para ello, recorreremos el Reino Champiñón, compuesto por ocho mundos de tres fases más un castillo final cada uno. Con una mecánica sencilla y un estilo de juego adictivo, se convirtió en un superventas, sacando a Nintendo de una complicada situación económica.
Tras este éxito arrollador, Super Mario seguiría dominando el panorama de los videojuegos con cuatro entregas más. En Super Mario Bros. 3 se introduciría la posibilidad de movernos libremente sobre el mapa para entrar a los niveles, así como nuevos poderes como el traje rana o el traje tanoki o. En Super Mario World haría su debut el verde dinosaurio Yoshi como compañero inseparable de Mario y gracias a la potencia superior de la SNES nos encontramos con un juego mucho más trabajado técnicamente y con muchos secretos por descubrir. Sin embargo, aún había que esperar para la siguiente revolución.
Esta llegaría en 1996 con el juego Super Mario 64 para la Nintendo 64. Si en los anteriores juegos estábamos acostumbrados a mundos en dos dimensiones y a un avance lineal (el objetivo en cada nivel era llegar del punto inicial al final superando los distintos obstáculos que nos íbamos encontrando), en este título Mario rompió con todo y nos presentó un maravilloso mundo abierto en tres dimensiones en el que el objetivo no era llegar al punto final, si no explorar cada rincón de los quince mundos superando las distintas misiones para reunir las estrellas de poder. Como había hecho once años atrás, Mario volvió a revolucionar el concepto de las plataformas y aun a día de hoy, Super Mario 64 es uno de los mejores videojuegos de la historia.
El concepto del 3D se consolidaría posteriormente en Super Mario Sunshine para la Game Cube, un juego con un acabado mucho más nítido gracias a los 128 bits de potencia de la máquina y con gran colorido gracias a su ambientación en la paradisíaca isla Delfino. Sin embargo, lo que para unos es una gran revolución, para otros puede ser un paso atrás. Fueron muchos los jugadores tradicionales a los que no les gustó el cambio a las tres dimensiones, ya que se perdían en los amplios mundos. Mario acudió en su ayuda y en el año 2006 nació la serie “new” con New Super Mario Bros. que volvía a las dos dimensiones habituales pero aprovechando la potencia de las nuevas consolas. La saga “new” trajo toda la diversión de los antiguos juegos y fue aceptada con gran éxito por parte de los jugadores más tradicionales. En la actualidad cuenta con cuatro entregas para las distintas máquinas de Nintendo.
El listón estaba muy alto y no pudo superar las expectativas, haciendo que Mario cediera terreno en el mundo de los videojuegos
Aunque Super Mario Sunshine fue en líneas generales un gran juego, contó con el hándicap de ser el sucesor de Super Mario 64 en los juegos en 3D. El listón estaba muy alto y no pudo superar las expectativas, haciendo que Mario cediera terreno en el mundo de los videojuegos. Solo había una forma de recuperarlo y esta era con la tercera gran revolución, conquistando la galaxia en el videojuego Super Mario Galaxy lanzado en 2007. Bowser ha secuestrado a la princesa y la ha llevado hasta los confines del universo. Para rescatarla, Mario se lanza a la exploración del espacio. En el juego iremos recorriendo varias galaxias y planetas jugando con la gravedad gracias al innovador control por movimiento de la Wii. La profundidad del juego, la variedad de mundos, la calidad de gráficos y el estilo adictivo volvieron a situar a Mario en primera línea. El juego tuvo una secuela Super Mario Galaxy 2 que contó con la presencia de Yoshi y que mantuvo el alto nivel de la edición anterior.
Sin embargo, no todo van a ser peligrosas aventuras. Nadie mejor para organizar una buena fiesta que el fontanero de Nintendo, como atestiguan los nueve juegos multijugador de la saga Mario Party, en los que competimos en rápidos minijuegos mientras nos movemos por un tablero para conseguir estrellas.
Pero si hay una subsaga de Mario que destaca por encima de cualquier otra es Mario Kart, que en la actualidad cuenta con 8 ediciones y en la que podemos sentir la emoción de la velocidad a bordo de karts. Sin embargo no son carreras al uso, Mario tenía que aportar su toque de distinción y este no es otro que la inclusión de objetos con los que ayudarnos para ganar la carrera. Seguro que para la mayoría es conocida la famosa concha azul que nos alcanza cuando vamos primeros, mientras que otros se habrán valido de una concha roja para ganar un campeonato o habrán resbalado con una cáscara de plátano en el momento más inoportuno.
Los videojuegos de Super Mario son reconocidos a nivel mundial y consiguen llegar a un público de todas las edades. Algunos acuden a ellos por la emoción y el reto de rescatar continuamente a la princesa. Mientras que otros los ven como la excusa perfecta para organizar una reunión con los amigos y pasar horas de diversión. Para mí es todo eso y más, es mi vía de escape cuando la realidad aprieta, es la seta verde, es el 1-UP.