Llega una nueva estación al calendario. El día ya le roba tiempo a la noche, y pronto oiremos la clásica fórmula que nos avisa del cambio horario recordando que «a las dos serán las tres». Y como siempre en cada cambio de estación, nos hemos puesto el mono de trabajo para traer al mundo nuevos contenidos. Tras la fantástica acogida el pasado invierno del número #1, para este número #2 hemos procurado mantener la misma línea. Por esta razón, la mayoría de los autores a los que ya conoces desde hace tres meses, repiten en esta ocasión. Algunos han elegido un punto de vista técnico y divulgativo para encarar temas de actualidad, como es el caso del indulto. Otros, por el contrario, se han inclinado por una opción más desenfadada, ayudándonos a descubrir universos como el de la cerveza. Como ya te dijimos en invierno, no pretendemos que los leas todos de golpe, sino en pequeñas dosis, durante los tres meses que tenemos por delante.
Decir primavera equivale a decir luz, flores, lluvias, verde, vientos, sol, bichos, colores. En definitiva, una explosión de la Naturaleza. Muchas criaturas animales y vegetales salen con fuerza de la monocromía del invierno y nos regalan imágenes únicas. Muchas de las frutas y verduras que consumimos se siembran y cultivan en esta época, mientras que algunas especies que habían huido del frío, o quizá sus descendientes, vuelven a nuestras latitudes.
terrae significa ‘Tierra’ en latín. No es casualidad que nuestras publicaciones se sincronicen con el ritmo natural de nuestro planeta. Al fin y al cabo, se trata de nuestra casa; una gran casa que entre todos debemos encargarnos de cuidar con cariño y respeto. Sin embargo, este mensaje no puede calar hondo utilizando la técnica del ‘mantra’, como en muchas ocasiones se pretende con eslóganes manidos y campañas de concienciación repetitivas. Solo puede ser efectivo a través del auténtico aprecio por el entorno. Si alguien disfruta con lo que tiene alrededor, si el contacto con la Naturaleza le hace sentir más a gusto como individuo y como parte de un ambiente, entonces esa persona se encargará de que su entorno sea respetado. Para ello, es necesario incentivar esas sensaciones mediante la educación, y más en un país como el nuestro, en el que según datos del Banco Mundial, el 77% de la población es urbana.
La necesidad creciente de energía supone un reto en este sentido. Es difícil hallar un punto de equilibrio entre el aprecio por la Naturaleza y la enorme cantidad de recursos energéticos que una sociedad moderna requiere. Con el modelo energético actual, los impactos son evidentes, aunque inevitables. Las energías renovables también presentan otra clase de problemas, y se encuentran en su mayoría en manos de quienes gestionan los hidrocarburos. La energía nuclear despierta gran inquietud respecto a sus garantías de seguridad. Sin duda, nos encontramos ante un desafío interesante. Hay quien sugiere que tal vez la solución no sea producir más energía a menor coste, sino simplemente reducir el gasto innecesario de la misma.
De cualquier manera, no conviene perder de vista el punto de referencia que nos ofrece, cíclicamente, la propia Naturaleza. Tras un período invernal de gasto mínimo de energía por parte de casi todos los organismos-salvo algunos entre los que se encuentra el hombre-, se produce año tras año lo que Machado llamaba «el milagro de la primavera», que no es otra cosa que una gran demostración de fuerza e intensidad natural. Y sumándonos a esa corriente, intentando transmitir toda la energía y pasión que invertimos en esta revista, te dejamos una vez más con nuestros autores. Disfruta y aprende. Como siempre, con calma.